un autorretrato

Si me lo piden, me cuesta hablar sobre mí misma, de lo contrario puedo hacerlo sin parar. Me es difícil llegar tarde. Creo que soy floja y me empeño sin descanso en parecer productiva. Lloro fácilmente cuando cuento mi historia. Creo que cuando soy más flaca valgo más. Me gusta en especial el agua salvaje y mojarme en ella. Me enfurece la basura fuera de lugar y los coches que no ceden el paso al peatón. Adoro comer vegetales y descubrí el mismo amor por la carne muy roja. Mi parte favorita de la comida es la grasa. Quisiera ser talentosa para dormir. Conocer extraños es un suplicio, pero también encontrar conocidos mientras paseo. Lo que me gusta de la ciudad es sentirme anónima. Mis días favoritos tienen una lluvia fuerte y momentos de sol. Odio tener frío por más de un momento. Siento que mi cuerpo es fuerte y mi alma débil. Me es difícil reír de cualquier cosa, las cosas que me causan gracia son puntuales, juegos de palabras, bromas musicales, chistes de ancianos, videos de animales. Me gusta la seda y todas las fibras naturales. Me gustan las plantas descontroladas y las flores. No hay nada mejor que acostarme mojada en una piedra que calentó el sol. Desvelarme me pone de muy mal humor. Tengo problemas con la autoridad. Evito el conflicto lo más posible y tengo habilidades retóricas para ganar la razón sin llegar a una franca discusión, lo considero un enorme defecto. Secretamente pienso que todo es una competencia. No imagino merecer mis deseos más profundos. Soy artista, pero pienso todo lo que hago es un ejercicio en lo que consigo la habilidad suficiente. A veces pienso que escribo bien. Odio vestir materiales sintéticos. Me angustia recibir de más. Detesto prestar algo y que no me lo devuelvan. Amo estar en casa y que las visitas se vayan pronto. Me gusta fingir que sigo las reglas y transgredir con sutileza o astucia. Prefiero el silencio y los ruidos naturales. Me molesta el zumbido de la televisión cuando la ve otro, y peor, cuando no la ve nadie.